2 de julio de 2011

La novia...

De blanco radiante, con capa de tul y un maquillaje soberbio para la ocasión, Charlene Wisstock llegó al Palacio Grimaldi con un vestido de Giorgio Armani, diseñador predilecto de la ahora princesa monagésca, y del que ya se tenía algún registro de que podía llegar a ser el diseñador.
De estricto corte recto, con pliegues cruzados en el pecho, con una caída muy pronunciada y una cola muy larga, llamaron la atención los 30.000 cristales de Swaroski en todo el cuerpo, que completaron una verdadera lección de estilismo.
De mirada por momentos nerviosa, por momentos confundida, Charlene venía estando a la altura de las circunstancias.
Ayer, en el civil, se mostró también con un Armani, de color aguamarina, tono elegido por muchas de las asistentes a la Boda Real y que confirma la tendencia europea por colores pasteles.
En esa ceremonia, prefirió un cuerpo de encaje que complementó con chaqueta.
¿Qué diría la eterna Grace Kelly de Charlene?

Fuente: lavoz.com
Hasta la próxima...!*

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