- ¿Tienes planes para mañana?-. Pregunto Sergio.
- Sí, he quedado con mi grupo de amigas. Vamos a ir juntas a la Feria-. Comento Candela.
- ¿Y por la mañana?-. Dijo esperanzado.
- Por la mañana nada-. Sonrió Candela.
- Bien, mañana comemos con mis padres, les he contado que he conocido a una chica-. La miro tanteando el terreno.- Quieren conocerte.
- ¿¡YA!?-. Exclamo Candela.- ¿No es pronto? Y si te das cuenta de que soy una pedante, una estúpida y no la chica que creías.
- Pero que dices tonta-. La atrajo y le dio un beso en la frente.- Eres perfecta, ¿por qué iba a esperar más? Lo nuestro estaba escrito-. Sonrió.
- Maktub-. Murmuro Candela, sonriendo miro a Sergio, que le devolvía una mirada interrogante.- Es una frase árabe-. Aclaro Candela.- Significa que el destino está escrito-. Le dio un beso.
- Es la frase perfecta para tu pulsera-. Acaricio el corazón para luego pasar los dedos delicadamente por el interior de la muñeca de Candela.- ¿Podrías preparar algún postre?-. Pregunto Sergio.
- Sí, claro-. Sonrió ella.- Bueno-. Se levanto y se estiro.- Ya me voy, estoy cansada-. Le dio un beso y se quedo mirándolo un rato, en sus labios picaban dos palabras, quería decirlas y sabía que era correspondida, pero le costaba, vamos Candela tu puedes, se alentó a ella misma.- Te quiero.
- Yo también te quiero-. Sonrieron satisfechos, pues era la primera vez que se decían a la cara sus sentimientos, le devolvió el beso y la acompaño a casa.
Por la mañana temprano Candela se levanto, limpio su cuarto y preparo el postre que llevaría a casa de Sergio, se decanto por una tarta de limón, que aparte de ser la favorita de Pedro, el padre de Sergio, entraba muy bien porque era ligera y no sabía si la comida seria o no pesada.
- Cariño ¿estas lista?-. Pregunto Sergio desde el salón cuando llevaba un rato esperando.
- Casi-. La voz de Candela le llego desde el cuarto de la muchacha.- Ya estoy-. Salió.
- Estas preciosa-. Sonrió cuando la vio.
Llevaba el pelo liso, nunca la había con el pelo así y le sentaba francamente bien, un pantalón fucsia y un blusón con motivos florales en distintos tonos de verde y rosa completaban la imagen. Candela le sonrió en agradecimiento, después cogió la tarta y bajaron a casa de Sergio.
- No me lo podía creer-. Toñi reía.- Cuando Sergio nos lo contó no dábamos crédito-. Le dio un beso y la abrazo.
- Gracias-. Pedro la abrazo fuertemente.- Gracias por devolverle la sonrisa a nuestro hijo. Últimamente no reía ni a tiros-. Le dio un beso.
- Ha sido mutuo, el también me la ha devuelto a mi-. Candela sonrió.
Después de una agradable comida, la promesa de una comida con los padres de Candela y los elogios al postre, se dedicaron a hablar largo rato.
- ¿Quieres que te acompañe esta noche?-. Pregunto Sergio mientras subían.
- Mmmm… es que… vamos solo las chicas, dejamos a los novios es casa-. Aclaro con dificultad Candela, no quería decirle que no bruscamente.
- Valla-. Intentaba reír imaginándose al grupo.- ¿Vamos el domingo?
- ¡Eso es!-. Candela se giro para mirarlo.- Como no se me ha ocurrido antes, le diré a las chicas que el último día cenemos todos juntos y después vallamos a la Feria, así las conoces te van a encantar-. Candela estaba maravillada con su fluidez mental.- ¿Qué te parece mi idea?
- Genial-. Le dio un beso.
- ¡Ah! mañana comemos con mis padres-. Sonreía mientras lo atraía y antes de darle un beso.- Me gustara ver cómo te manejas con mi padre-. Sonrió y le dio un beso.
- Mañana nos vemos mi vida-. Le devolvió el beso y la miro para decirle algo más.
- Te aviso cuando llegue-. Sonrió y entro a casa.
- Bruja-. Murmuro Sergio.- Ahora también me lees la mente-. Sonrió y se fue a su casa.
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