24 de julio de 2011

Especial: Noticias de la Semana (18 al 24)

Los reyes de Noruega, Harald y Sonia, en la catedral.| ReutersCientos de personas han acudido a misa celebrada en la catedral de Oslo en memoria de las, al menos, 92 víctimas mortales del doble atentado del viernes en Oslo y en el campamento juvenil de la vecina isla de Utøya.
A las puertas de la catedral de Oslo, Victoria Sanderod y Aleksandra Stokkan aguardaban con ojos llorosos ante un manto de flores que el pueblo noruego ha extendido espontáneamente para recordar a las víctimas del doble atentado contra Noruega ocurrido el pasado viernes.
Son amigas de clase de Asta, una joven de 16 años que se encontraba en el campamento del partido laborista en la isla de Utoya, donde 85 personas fueron asesinadas por el ultraderechista Anders Behring Breivik.
Asta es una de las cinco personas desaparecidas que en estos momentos la policía sigue buscando. "Realmente creo que la van a encontrar viva", dice esperanzada Victoria. "Me siento muy triste. Es algo trágico", apunta su amiga Aleksandra, quien se pregunta si Noruega podrá recuperarse de algo así.
A la ceremonia han acudido los reyes de Noruega, Harald y Sonia, y la princesa Marta Luisa, también el primer ministro Jens Stoltenberg, el cual ha accedido a la catedral acompañando de Eskil Pedersen, líder de las juventudes laboristas, compañero de muchos de los jóvenes asesinados el viernes.
Antes de entrar en el templo, Stoltenberg se ha inclinado ante los numerosos ramos de flores depositados junto a la catedral, un modesto edificio en piedras del centro de Oslo "Cada una de las víctimas es una tragedia", ha dicho el jefe de Gobierno, quien ha añadido que conocía a algunos de los fallecidos y que los nombres y fotografías de todos ellos serán hechos públicos pronto.
"Tardaremos en olvidar esta tragedia", dice Karl Wilhem Tjensvoll. En su opinión, Noruega no va a tener ahora más miedo pero: "Sí seremos conscientes de que también aquí hay grupos terroristas que pueden hacernos mucho daño".


Explosión en Oslo, Noruega, en las oficinas del primer ministro Jens Stoltenberg"He venido aquí porque una de mis alumnas, una fantástica activista política de 21 años a la que yo conocía bien, murió asesinada en Utøya", ha explicado visiblemente emocionado el profesor de Derecho de la Universidad de Oslo, Mads Andenas, que guardaba su turno en la fila de acceso al templo.
Su sobrina también estaba en el campamento de la juventudes socialdemócratas, "pero consiguió escapar indemne", acertó a decir Andenas antes de que se le quebrase la voz y comenzase a llorar.
En un país pequeño, de apenas cinco millones de habitantes y gran parte concentrada en Oslo y sus alrededores, muchas personas han sentido muy de cerca la doble masacre.
Freddy Fensen, vecino de la cercana localidad de Moss, ha asegurado que una amiga de su hija estaba en Utøya, "pero consiguió escapar... por suerte".
Junto a él, los veinteañeros Eivind Pilskog y Roy Erik Indrebø, seguían conmocionados por la tragedia nacional que ha sufrido Noruega y, en especial, por la juventud de muchos de los fallecidos.
"Nunca podría haberme imaginado que algo así podía suceder aquí. No tiene ningún sentido, ninguna lógica", comentaba Pilskog, que aseguró que hasta ahora siempre había tenido un "sentimiento de seguridad" en su país.
Miles de personas han rodeado la catedral, en medio de un silencio absoluto, entre las que se entremezclaban turistas y curiosos con semblante de dolor.
En el interior, el obispo de Oslo, Ole Christian Kvarme, ha recordado a los fallecidos: "Estamos reunidos por el luto y el pesar", ante los miembros del Gobierno noruego al completo -vestidos de negro-, supervivientes y familiares de las víctimas.

Fuente: elmundo.es
Hasta la próxima...!*

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