11 de agosto de 2013

Capítulo 35...

- Vamos a vernos el viernes-. A Sergio casi no le había dado tiempo a salir del abogado cuando Clara lo llamo al móvil.
- El viernes no puedo-. Pensó en la sorpresa que le tenía preparada a cierta chica de ojos cambiantes que le había vuelto loco.- Habla con mi abogado.
- ¿Intentando olvidarme con otra mujer?-. Pregunto leyéndole el pensamiento.
- Te olvide el mismo día que te fuiste-. Sentencio antes de colgar.- Esto ya es el colmo de la desfachatez-. Para intentar relajarse llamo a Candela, que en ese momento salía de casa.

- ¿Si?-. Contesto al móvil.- ¡Hola Sergio! ¿Qué tal?
- Mal, te echo de menos-. Suspiro Sergio.- Pero la buena noticia es que tu sorpresa se acerca-. Rieron juntos.

Después de hablar largo rato, Candela se giro y tropezó con un chico que venía corriendo en su dirección y ambos cayeron al suelo.

- ¡Uff! Valla porrazo. ¿Estás bien?-. El chico la ayudo.
- Mmm…-. Candela se levanto.- Estoy bien ¿y tú?-. Lo miro a los ojos.
- Mejor de lo que creía-. Le devolvió la mirada y analizo ávidamente sus facciones.- Me llamo Diego-. Sonrió.- ¿Y tú?
- Soy Candela-. Sonrió, sin advertir el análisis que estaba haciendo ese desconocido de toda ella.- Encantada.
- Yo sí que estoy encantado preciosa-. Le dio dos besos que dejo a Candela descolocada y muda.

- ¡Candela!-. La voz de Nacho hizo girar la cabeza de ambos.
- ¡Ah! Nacho, ya iba a la piscina, pero me he chocado con este chico-. Dijo simplemente.
- Pues venga Candy Candy, te estamos esperando-. Nacho la azuzo.
- Adiós-. Candela se despidió.
- Hasta luego preciosa-. Diego le sonrió como un lobo hambriento y a ninguno de los presente se le paso por alto.

- ¿Estás bien?-. Nacho la cogió de la mano y le dio una vuelta para ver si tenía alguna herida. Se tomaba muy en serio su carrera de medicina y aprovechaba cualquier cosa para ejercer de doctor.
- Sí, estoy bien Nacho. Déjame ya que pareces el canoso de Hospital Central-. Soltaron una carcajada y se reunieron con sus amigos en la piscina.

Mientras Candela se alejaba con Nacho, Diego no dejaba de mirarla y deleitarse con las vistas, pero el agradable momento se vio interrumpido por una llamada.

- ¿Dígame?-. Una voz al otro lado habló.- ¡Qué bien hermana!-. Volvió a hablar.- Pues yo acabo de conocer a una gatita que sin ronronear…-. La voz volvió a hablar.- Entonces el viernes nos vemos-. Colgó.- Va siendo hora de conocer a esa gatita-. Diego se encamino a la piscina, tenía que ver ese cuerpo en bikini y remojado en agua.

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