Definitivamente sí se van a anticipar las elecciones generales. La fecha elegida es el 20 de noviembre, día que hasta ahora recordaba el inicio del cambio paulatino a la democracia, con la muerte del dictador Francisco Franco. Quizá a ellos les haya parecido perfecta, pero quizá a la derecha y a la izquierda, por diferentes motivos, les cause resquemor ir a votar, o incluso todo lo contrario, que consigan, que hasta los del 15-M decidan votar, para manifestar su pleno conformismo con la democracia. De un modo u otro, el calendario tiene más domingos en noviembre, más domingos en octubre y todavía más en diciembre.
Desde que se nombró a Alfredo Pérez Rubalcaba como sucesor de Rodríguez Zapatero, ya estaba claro que a este último le quedaban las horas contadas. De hecho su partido, con o sin dedazo, tenía más que claro, que apostaría por Rubalcaba y que Zapatero ya había perdido toda la confianza que en su día le llevaron al puesto de presidente del Gobierno.
También es cierto, que el clima social, político y económico no le está favoreciendo. Nunca tuvo carisma pero ahora parece que lo haya perdido todo. En sus espaldas lleva la losa de la crisis, los hasta hace poco cinco millones de parados, los nuevos partidos políticos aprobados por el Constitucional, y bajo sospechas. La tregua con ETA (que para que haya tregua, debe haber dos partes en guerra), los problemas sociales e institucionales, la quiebra de las autonomías, el caso Faisán, que afecta directamente a Rubalcaba, que por entonces era el ministro de Interior. Y cómo no el movimiento 15-M. No hay que olvidar todos los problemas que ha habido con AENA, y con la patronal. Y los días de huelga.
El presidente lo ha anunciado en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa, aprovechando que hacía un repaso al fin del primer semestre del año. De esta forma, Zapatero ha puesto fin a la legislatura, aunque habrá aún algunas semanas parlamentarias a principios de septiembre para culminar proyectos de ley pendientes que tienen que regresar del Senado. De lo que sí ha dejado constancia Zapatero, es de que la decisión, no la ha tomado voluntariamente, el todavía presidente, siempre ha dejado claro que culminaría hasta con la última gota de su legislatura. El cierre de su carrera política se corona con la reforma de las pensiones. Y con la conciencia tranquila, pues ha expresado que ha cumplido con las reformas que prometió en 2010.
Desde que se nombró a Alfredo Pérez Rubalcaba como sucesor de Rodríguez Zapatero, ya estaba claro que a este último le quedaban las horas contadas. De hecho su partido, con o sin dedazo, tenía más que claro, que apostaría por Rubalcaba y que Zapatero ya había perdido toda la confianza que en su día le llevaron al puesto de presidente del Gobierno.
También es cierto, que el clima social, político y económico no le está favoreciendo. Nunca tuvo carisma pero ahora parece que lo haya perdido todo. En sus espaldas lleva la losa de la crisis, los hasta hace poco cinco millones de parados, los nuevos partidos políticos aprobados por el Constitucional, y bajo sospechas. La tregua con ETA (que para que haya tregua, debe haber dos partes en guerra), los problemas sociales e institucionales, la quiebra de las autonomías, el caso Faisán, que afecta directamente a Rubalcaba, que por entonces era el ministro de Interior. Y cómo no el movimiento 15-M. No hay que olvidar todos los problemas que ha habido con AENA, y con la patronal. Y los días de huelga.
El presidente lo ha anunciado en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa, aprovechando que hacía un repaso al fin del primer semestre del año. De esta forma, Zapatero ha puesto fin a la legislatura, aunque habrá aún algunas semanas parlamentarias a principios de septiembre para culminar proyectos de ley pendientes que tienen que regresar del Senado. De lo que sí ha dejado constancia Zapatero, es de que la decisión, no la ha tomado voluntariamente, el todavía presidente, siempre ha dejado claro que culminaría hasta con la última gota de su legislatura. El cierre de su carrera política se corona con la reforma de las pensiones. Y con la conciencia tranquila, pues ha expresado que ha cumplido con las reformas que prometió en 2010.
De boca del presidente y para justificar su adelantado adiós se escuchó "es conveniente que el Gobierno que salga elegido en las urnas afronte desde el 1 de enero el ejercicio económico y las responsabilidades del país". "La certidumbre es estabilidad y ha pesado en mi ánimo fijar un calendario claro. El 1 de enero, el nuevo Gobierno debe trabajar en la recuperación económica, en la reducción del déficit y debe garantizar la consolidación de la recuperación". "Así el debate público ya no girará sobre la fecha electoral, sino sobre las tareas que tenemos que cumplir y terminar", ha dicho Zapatero, quien ha recalcado que el adelanto no tiene "ningún componente de perspectiva electoral" que pueda beneficiar a su partido. Por si quedaban dudas, ha dejado claro, que no aspirará a ser diputado en la próxima legislatura. Y como curiosidad, que tampoco estará en la fiesta minera de Rodiezmo (León).
Fuente: LaSemana.es
Hasta la próxima...!*
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