- Sergio-. Dijo Candela mientras los ojos de él se posaban en el movimiento de los labios de ella. Le había encantado como sonó su nombre la primera vez, pero ahora lo había disfrutado.
- Muchas gracias.- Sonreía Sergio.- Ha sido el mejor regalo de cumpleaños-. Candela seguía sin entender hasta que llego su aclaración.
- ¡Felicidades!-. Aplaudió Candela dando un paso hacía él y depositando un beso en su mejilla.
- Miento, este regalo ha sido mucho mejor-. Volvió a sonreír mientras Candela se ruborizaba.- ¿Quieres venir a celebrarlo? Mis padres tienen preparado una merienda.
Entonces la intuición de Candela hizo acto de presencia, las cosas que le había encargado Toñi era para celebrar su cumpleaños, dio gracias al cielo de haber recurrido a dos recetas que conocía a la perfección y que eran un éxito seguro.
- Me encantaría-. Lo miro a los ojos.
Media hora después Candela estaba delante de la puerta de casa de Sergio con una tarta de queso y unos cupcakes de limón, muy refrescantes. Toñi abrió.
- ¡Candela cariño! Estas guapísima, pasa-. La dejo pasar y cerró la puerta.
- Buenas tardes-. Saludo educadamente.
- Hola-. Sergio se levanto de inmediato y miro las cosas que traía Candela.- Ahora entiendo todo-. Le dio un beso en la mejilla.- Gracias por venir-. Dijo mientras le cogía una de las bandejas.
Un rato después todo estaba acabado y como Candela supuso había sido un éxito. La tarta de queso se convirtió en la favorita de Sergio, según palabras suyas y los cupcakes de limones salieron muy suaves y ligeros. Todo estupendo.
- Vamos Candela, te acompaño a casa-. Se ofreció Sergio.
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