- Sí, ya ha ido otras veces. Me va a salir la niña torera-. Empezó a reír Juan ante la idea de que Candela fuera torera, hombre de pequeña daba buenos pases con la ''muleta''.
Por la noche Toñi comento la conversación mientras cenaban. Sergio escuchaba atentamente mientras que por dentro un miedo le aprisionaba el pecho. – Pero como que capeas, sus padres ¿están loco o qué?, es una cría ¡por Dios!-. Pensó e impulsivamente decidió que iría mañana a esas capeas para ver a Candela y asegurarse que no le pasaba nada.
- Como para encontrar a la mocosa aquí, esto está hasta la bandera-. Pensaba mientras buscaba a Candela.
Era la primera vez que iba a San Juan en Capeas y no sabía a dónde mirar. La calle de los toros era un hervidero de gente, vendedores de patatas, de camarones, gente corriendo, gritando, tomando cervezas y tinto.
- ¡Que viene! ¡Que viene!-. varias voces al unísono lo alarmaron y corrió en dirección a los palos, imitando lo que hacía aquella gente. Un grupo formado por cuatro vacas corrió delante de él alentadas por corredores y gritos, cuando pasaron se bajo y siguió avanzando. Mientras pensaba que era una locura lo que estaba haciendo, buscar a la mocosa en un sitio así. ¿Qué le importaba él? Entonces recordó la conversación con Paloma…
- No quiero que nos volvamos a ver-. La voz de Sergio sonó fría mientras miraba a la pelirroja de ojos grises.
- ¿Pero por qué cariño?-. Ella se acercaba a Sergio peligrosamente, intentado besarlo.
- Porque he conocido a alguien-. La agarro de las muñecas y la aparto suavemente, pero decidido.
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