Aunque pronuncio el nombre de Sergio, en su mente aparecía el nombre de Rafa, Londres había sido siempre el sueño de ambos.
- Sé que, era el sueño que tenías con Rafa-. Sergio sonrió.- ¿Te gusta mi amor?
- Sí, mucho-. Le acaricio la cara.- Muchas gracias mi vida-. Sergio la beso y mientras lo hacía le acariciaba el pelo, la nuca y los hombros a Candela. Los labios de él se movían de los labios de ella al cuello y al lóbulo de la oreja.
- Te adoro mi vida-. Susurro Sergio para seguir besándola antes de dejarla hablar.
Recostándola en las mantas se puso al lado de ella y siguió el beso cuando metía su mano dentro del jersey de Candela. El contacto de su mano fría con la piel tibia de ella, causo que Candela abriera los ojos y que Sergio suspirara.
- Sergio-. Candela murmuro, pero los labios de Sergio le volvieron a tapar la boca y su lengua la obligo a abrirla.- Sergio, por favor.
- Candela, déjame quererte-. Suplico roncamente contra los labios de ella y la volvió a besar sin esperar una respuesta, mientras su mano acariciaba el vientre de Candela y bajaba a por la cintura, para subir por la espalda y quitarle el jersey.
Sergio se separo un poco y admiro la belleza de Candela, allí tendida delante de él. Sus labios tenían un apetecible tono rosado, su piel estaba erizada. Cuando se volvió a inclinar para besarla un par de suaves manos se apoyaron en su pecho, sonrió complacido y la miro a los ojos, entonces los vio, los ojos de Candela tenían un leve brillo verde y vio su expresión afligida.
- Candela ¿qué te pasa? ¿Te encuentras mal?-. La cubrió con el jersey preocupado.
- Es que…-. Lo miro a los ojos mientras se sentaba.- Vas a creer que soy una estúpida, pero… no estoy preparada. Quiero esperar un poco.
- No eres estúpida, eres sincera-. Le puso el jersey y la abrazo.- ¿Por qué no me lo has dicho mi amor?
- No me has dejado-. Candela soltó una carcajada.- ¿Para cuándo es el viaje? De la emoción no he visto nada, solo el destino-. Le acaricio la cara.
- Para después de Navidad, del 26 al 29-. Contesto Sergio.
- ¿Tantos días?-. Candela se asombro.
- A mí me parecen poco, pasaría en Londres contigo meses, años-. Le dio un beso.
- Te quiero, mucho más de lo que tú crees-. Dijo Candela con fervor.
>> ¿Cómo marcha el plan?
<< Lo sigo puliendo, va a ser perfecto. Cuando la bomba explote no va a haber quien frene la ruptura.
>> Eso quiero, los dos me están tocando las narices. ¿Has visto las redes sociales?
<< Por supuesto, entre unas y otras me entero de la mayoría de las cosas. Lo que más me fastidia es el viajecito a Londres.
>> ¿Tú también quieres ir?
<< No es eso, es que… es una zorra. Bueno, ya hablamos.
>> Tienes razón, es una zorra. Sí, mantenme informada.
Noviembre pasó tan rápido que casi no se dieron cuenta y Diciembre se convirtió en el mes más ajetreado de la vida de Sergio y Candela. Las Navidades, los regalos, los exámenes, el viaje. El viaje… a Candela todavía le temblaban las piernas al pensar en Londres, estaba tan contenta que le costaba concentrarse, más de una vez se había descubierto pensando en Londres mientras estudiaba. Gracias a Dios, aprobó todo los exámenes.
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