4 de septiembre de 2013

Capítulo 52...


Londres… Candela no se había perdido un solo detalle del recorrido en taxi hasta el hotel, estaba en un sueño, pero al mirar a Sergio se volvía a dar cuenta de que era la pura realidad y no sabía si estaba feliz por estar allí o estar con él. Finalmente decidió que estaba feliz por estar allí con él.

- El sofá, es una cama-. Dijo Sergio cuando estuvieron en la habitación del hotel.- Dormiré en él.

Su idea no era esa cuando reservo habitación, pero entonces pensaba que Candela y él habrían hecho algo, pero desde la noche del cumpleaños no había vuelto a intentar nada, ella decidiría cuando sería, pero le estaba costando mucho. Dios sabía que se estaba controlando bastante.

- Eres muy considerado, pero no puedo permitirlo-. Él la miro sin comprender y ella sonrió.- Quiero que duermas en la cama… conmigo-. Aclaró después de un pequeño silencio.
- No es buena idea, sería una tentación difícil de superar. Quiero respetar tu decisión-. Declaro sinceramente Sergio.
- Mi decisión ha cambiado-. Se miraron y Candela asintió ante la pregunta no formulada. Se acerco a Sergio y le dio un beso.- Te quiero, siempre-. Ambos sonrieron tontamente y con esa promesa de amor que reflejaban los ojos de Candela salieron a conocer la ciudad.

Sin duda Londres era un sueño. Se hicieron miles de fotos, pasearon por Hyde Park, que estaba justo enfrente del hotel. Después cogieron un taxi y fueron al London Eye, desde el que vieron toda la ciudad.

- Volvamos al hotel andando-. Sugirió Candela.
- Pero, estamos en una ciudad que no conocemos, ¿y si nos perdemos?-. Sergio la miro.
- Sergio, viajar significa vivir experiencias. Ir en taxi todo el tiempo no tiene gracia, la gracia es callejear-. Decía Candela mientras se acercaba a un punto de venta de mapas, compro uno y empezó a investigarlo.
- Haber Sherlock-. Sergio rió y la miro.- ¿Por donde tenemos que ir?
- Por allí-. Señalo y comenzaron a andar.

La tarde pasó volando en compañía de Candela, era ingeniosa, dominaba el inglés perfectamente y tenía un sentido de la orientación bastante desarrollado. Anduvieron por la misma Waterloo Bridge, que cruzaba el río Támesis y acabaron comiendo en un restaurante de comida mexicana de Chandos Pl. Después llegaron a Soho Square. Cuando iban por Oxford St, tomaron un café y entraron en algunas tiendas.

Una vez llegaron al hotel Candela y Sergio se dejaron caer en el sofá de la suite, completamente agotados.

- Pienso que no deberíamos haber ido a Hanover Square ni a Piccadilly Circus, que paliza.
- Tienes razón, pero me he divertido mucho, y todo gracias a ti. Mi idea era ir en taxi a todos lados-. Rieron a carcajadas.
- Ahora no me parece una idea tan mal planteada-. Dijo mientras estiraba las piernas, aún sentada.
- ¿Vamos a cenar aquí?-. Pregunto Sergio.
- Si, por favor-. Suspiro Candela.- No puedo con mi cuerpo. Me voy a dar una ducha, ahora vuelvo-. Se levanto y le dio un beso antes de meterse en la ducha.

Una vez dentro del enorme cuarto de baño se enfundo valor y después de una ducha rápida se seco y se puso un pijama, que había comprado especialmente para Sergio y para la noche que iban a pasar juntos. A medida que se acercaba a la puerta del baño estaba más tranquila, confiaba en Sergio y lo más importante se querían.- Maktub-. Pensó mientras abría.

- Candela, yo también…-. Empezó Sergio, pero se detuvo.

Estaba levantándose del sofá cuando oyó la puerta del baño, él también iba a darse una ducha, pero se quedo paralizado ante la imagen de Candela en la puerta.

- ¿Te gusta?-. Dijo sonrojada.
- Mucho-. Le cogió la mano y la acerco a él, dándole un beso en los dedos.
- Quería darte una sorpresa-. Sonrió.
- Yo diría un regalo, eres un regalo-. Le dio un beso suave.- No quiero presionarte, así que, piénsalo un poco mientras yo me ducho.

Cuando Sergio salió del baño no le dio tiempo a volver a preguntar, pues el beso apasionado que Candela le dio aparto todas las dudas y se dedico a besarla y a sonreír mientras ambos caían en la cama.

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