- ¿Estas bien?-. La voz susurrante de Sergio la hizo sonreír.
- Si-. Dijo levantando la cabeza del pecho de él para mirarlo a los ojos.- ¿Y tú?
- Aún no me lo creo-. Le dio un beso en la frente.- Ha sido maravilloso-. Volvió a besarla, ahora en los labios.
Sergio no mentía, no era su primera vez, ni mucho menos. Pero, no recordaba lo bonito que era hacer el amor, las sensaciones, el sentimiento de hacer el amor con la persona más especial de tu vida. Esa era Candela, la persona especial que había cambiado su mundo. Cerrando los ojos satisfecho, sonrió recordando los momentos anteriores cuando Candela y él se habían dedicado caricias, besos y palabras de amor.
Candela no había dejado de mirarlo a los ojos en ningún momento, eso le había gustado mucho y lo había excitado más, cuando por fin había estado dentro de ella los ojos de Candela brillaron verdemente y con una mirada dudosa Sergio paró, pero ella sonrió. Ahora ambos saciados, calmaban sus respiraciones mientras Sergio acariciaba el pelo y los hombros de Candela y ella le acariciaba a su vez el pecho y los brazos.
- Gracias Candela-. Murmuro Sergio.- Gracias por hacerme tan feliz, por dar tanto sin esperar recibir nada a cambio-. Le dio un beso.- Gracias por quererme.
- Gracias a ti-. Candela lo miro.- Gracias por quererme, por respetarme, por todo-. Le devolvió el beso y volvió a apoyar la cabeza en su pecho mientras se quedaba dormida poco a poco.
He bajado a desayunar, he querido despertarte, pero me daba pena. Estas tan guapo dormido. Te quiero ♥ Candela.
Hasta ese momento, antes de bajar a desayunar, Candela no se había fijado al cien por cien en la inmensa habitación, bueno decir habitación se quedaba atrás, aquí cabía su cuarto entero. Era una suite enorme, en una habitación estaba la cama y el baño, en otra un saloncito encantador. Tenía balcones y una pequeña terraza, nunca había estado en un sitio tan bonito.
- Buenos días mi amor-. Sergio le beso la coronilla, le puso delante una rosa y se sentó a su lado.
- Buenos días-. Sonrió Candela oliendo la flor, le dio un beso en la mejilla.- ¿Te he despertado?
- No, estaba verdaderamente cansado. Después de que te durmieras mmm…-. La miro.
- ¿Qué pasó?-. Bebió zumo.
- Pase mucho tiempo viéndote dormir-. Sonrió.- Eres hermosa-. Dijo mientras Candela se sonrojaba.- Me ha gustado mucho tu nota-. Le acaricio la mejilla
- ¿Qué vas a desayunar?-. Pregunto Candela intentando cambiar de tema, odiaba sentirse el centro de atención.
- ¿Puedo desayunarte a ti?-. Ambos rompieron a carcajadas.
Después de desayunar decidieron ir Trafalgar Square, así que para evitar acabar agotados como el día anterior cogieron el Metro en Praed St. que los dejaba muy cerca, una vez allí visitaron la Westminster Abbey, Spencer House, Banqueting House. Comieron en un restaurante de St Jame’s St. y se dirigieron al Museo de Sherlock Holmes y al Madame Tussauds.
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