17 de julio de 2013

Capítulo 12...

Candela no era una chica religiosa, era creyente sí, pero nada practicante. Los únicos actos religiosos a los que iban eran bodas, bautizos, comuniones, bajada y subida de San Juan Bautista y como no, sus queridas Cruces de Mayo. Pero ahí estaba un año más, esta vez no daba las gracias, este año pedía…

- Dame fuerzas por favor-. Candela rezaba con los ojos cerrados, pero al abrirlos miro a la imagen de San Juan Bautista.- Carlos se merece que pase el día bien, que mis lágrimas no le atormenten en este día tan especial.
- Ayúdala Bautista-. Pedía a su vez Carlos.- Consuela su sufrimiento, envía una alegría a su vida-. La miro de reojo, mientras ella miraba la imagen del Patrón.

Esa tarde cuando el Santo salía, Carlos la cogió de la mano y se la apretó para transmitirle fuerzas, ella se la llevo a la boca y le dio un beso en señal de agradecimiento. Cualquiera que los viera pensaría que era una pareja acaramelada, embargados por la emoción de ver al Patrón, pero nada más lejos de la realidad. Entre ellos no había un solo sentimiento romántico. Candela se sentía con Carlos como cuando estaba con Julio, esa confianza de hermanos, esa protección mutua por encima de todo.


Sergio no volvió a ver a Candela hasta dos días después, cargada con una gran maleta, un bolso, una mochila y una bolsa. Juan, su padre y Julio la ayudaban.

- ¡Anda hija! Valla cargamento de ropa-. Decía Juan cargando la pesada maleta.
- Lo sé papá, pero en los pueblos ya se sabe. Tienes que ir cada día diferente-. Sonreía, pensando que en realidad no había salido todas las noches. La primera noche porque los recuerdos la abrumaron, la segunda salió, la tercera no, estaba cansada y así hasta la noche del Santo, que le pidió fervientemente que le diera fuerzas para acompañar a su amigo.- Por cierto, estuve en la Finca de Millares viendo montar a las vacas en el camión, Carlos prácticamente me saco de la cama.- Se reía.- Que mal lo pase.

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