- ¿Qué tal la torera?-. Sonreía Pedro.
- Dice que estuvo en la Finca de Millares, viendo como lidiaban una vaca que casi se mete entera por el burladero-. Juan se reía. Sergio por el contrario no se reía en absoluto, pensando en que podía haber pasado algo.- Decía que ella estaba dispuesta a saltar al ruedo si llegaba a entrar-. Las risas de los dos hombres resonaron en contraste con la sonrisa fingida de Sergio.
- Que chica-. Comento Pedro admirado.
- Si-. Siseo de mala gana Sergio.
Pasaron unos días y Sergio se subía por las paredes, tenía ganas de ver a Candela y que ella le saludara efusivamente. Candela por el contrario no se acordaba de nadie, estaba ocupada arreglando sus papeles del instituto y pasó algunos días en casa de su abuela.
El día llego y en el portal se encontraban Toñi, Pedro y Sergio, cuando bajaban Lydia, Juan, Julio y Candela.
- ¿Te has cortado el pelo? ¡Qué guapa!-. Exclamo Toñi mientras la observaba.
- Gracias-. Candela se volvió tímida ante la mirada de Sergio, que se le iluminaron los ojos en cuanto la vio.
- Vais a tener que tener cuidado con la moza-. Comento Pedro a Lydia y Juan.
- Dice que estuvo en la Finca de Millares, viendo como lidiaban una vaca que casi se mete entera por el burladero-. Juan se reía. Sergio por el contrario no se reía en absoluto, pensando en que podía haber pasado algo.- Decía que ella estaba dispuesta a saltar al ruedo si llegaba a entrar-. Las risas de los dos hombres resonaron en contraste con la sonrisa fingida de Sergio.
- Que chica-. Comento Pedro admirado.
- Si-. Siseo de mala gana Sergio.
Pasaron unos días y Sergio se subía por las paredes, tenía ganas de ver a Candela y que ella le saludara efusivamente. Candela por el contrario no se acordaba de nadie, estaba ocupada arreglando sus papeles del instituto y pasó algunos días en casa de su abuela.
El día llego y en el portal se encontraban Toñi, Pedro y Sergio, cuando bajaban Lydia, Juan, Julio y Candela.
- ¿Te has cortado el pelo? ¡Qué guapa!-. Exclamo Toñi mientras la observaba.
- Gracias-. Candela se volvió tímida ante la mirada de Sergio, que se le iluminaron los ojos en cuanto la vio.
- Vais a tener que tener cuidado con la moza-. Comento Pedro a Lydia y Juan.
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