- Candela-. Susurro Sergio cuando se aparto, bajando su mano hasta acariciarle la mejilla.
Había sido un beso corto, pero Candela sintió que su alrededor desaparecía, se encontraba lejos de allí, divagando. La voz de Sergio la hizo sonreír, le gustaba como sonaba su nombre.
- Candela-. Volvió a decir mirándola a los ojos.
- Poco a poco, por favor-. Lo miro.
- Pero Candela…-. Sergio hizo el intento de volver a besarla, su tono de su voz era una súplica.
- Por favor-. Candela se aparto un poco.- Necesito tiempo.
- ¿Pero tiempo para qué?-. La intensidad de la mirada verde de Candela no lo dejaba razonar con claridad.
- Es largo de contar, pero te lo quiero hacer-. Candela le acaricio la mejilla y él cerro los ojos ante el tacto de ella.
- Discúlpame, me cuesta controlarme cuando estoy contigo-. Sonrió.
Cuando salieron del coche y entraron en el portal Sergio insistió en acompañarla hasta su casa y cuando se despidieron le dio un beso en la mejilla con mucho cuidado, evitando los movimientos bruscos, para que Candela no apartara la cara.
- Gracias Sergio-. Le agarro el brazo antes de que él se fuera y sonrió.- Gracias por esta noche tan divertida, aunque no ha sido la primera-. Ambos se rieron.
- ¡Oh! deja de romperme el corazón-. Dijo dramáticamente mientras reía.
Esa noche Candela soñó con Rafa, pero no fue un sueño angustioso como los que solía tener, en los que ella despertaba llorando, si no un sueño agradable en el que ambos hablaban.
- Me gusta mucho Sergio-. Decía Rafa.
- A mí también Rafa, pero no quiero faltarte. Creo que es pronto-. Le dijo Candela.
- Parece buen chico, se feliz cariño. Yo te estaré esperando aquí y no te voy a reclamar que hayas rehecho tu vida, eres joven y has sufrido bastante. Te quiero-. Rafa le dio un beso en la mejilla y desapareció dejando a Candela con una sonrisa.
Cuando a la mañana siguiente Candela se levanto, aún conserva la sonrisa, se sentía animada y muy feliz. Se metió en la ducha y fue a desayunar con su hermano.
- ¿Te pasa algo Candela?-. Pregunto Julio mientras desayunaban.- ¿Qué tal te fue anoche?-. La miro levantando una ceja, una sonrisa burlona cruzaba su boca.
- Bueno, me siento bien-. Sonreía Candela.- Anoche bien, cotilla y quita esa cara-. Lo miro de reojo y empezaron a reír.
- Candela, estaba pensando que podríamos ir a la playa, es decir, pasar unos días allí-. Comento Julio-. El tito me dijo que podríamos quedarnos en su casa y que llevásemos a Carlos, Nacho y Carolina.
- Me parece bien, todos nos merecemos unas vacaciones-. Dijo Candela mientras terminaba.
- Bueno, me voy a dar una ducha-. Julio entro al baño. En ese momento llamaron a la puerta.
- Vengo a invitarte a pasar un día sorprendente-. Sergio estaba en la puerta de su casa con un gran ramo de flores.
- Muchas gracias, Sergio-. Comento Candela mientras cogía las flores.
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