- Mmm… no sabía que iba a ser tan importante para ti-. Dijo Candela con inocencia.
- Perdóname, no quise decirlo de esa forma-. Sergio estaba arrepentido.
- Mi hermano me lo comento hace algunos días y estaba esperando que se confirmara todo, no te he dicho nada porque no era seguro-. Candela era sincera.
- ¿Con quién vas?-. Se intereso.
- Con unos amigos y mi hermano-. Sonrió.
- ¡CANDELA!-. Su padre la llamo desde casa.
- ¡VOY!-. Grito.- Lo siento Sergio, me tengo que ir-. Se levanto y le dio un beso.
- No pasa nada-. Sonrió.- ¿Cuándo te vas?
- Mañana-. Dijo Candela mientras bajaba y se metía en casa.
¿¡MAÑANA!?-. Grito Sergio en su mente.- Casi no me ha dado tiempo a despedirme.
A la mañana siguiente muy temprano, Carlos ya estaba en su casa para ayudarla a bajar sus cosas, mientras Nacho y Carolina esperaban abajo.
- ¿Pero qué dices joio tonto?-. Se reía Candela bajando las escaleras.- Esta noche nada de salir, habrá que limpiar un poco ¿no?
- Tenemos que ir a la compra-. Comento Carlos.
- ¿Qué piensas hacer de comer?-. Pregunto Julio.
- ¡Oye! Que yo no soy tu esclava, yo también voy de vacaciones-. Candela se indignó.
- ¡FOTO!-. Carolina era también una aficionada a la fotografía e iba con su cámara a todos sitios. Candela, Julio y Carlos posaron.- Hola cariño-. Candela y Carolina se abrazaron y se dieron un beso.- Me harás berenjenas rellenas ¿verdad?
- ¡Carolina! ¿Tú también?-. Candela no sabía si reír o llorar.
- No le hagas caso Candy Candy-. Nacho le dio un beso.- Yo quiero que me hagas fajitas-. Todos miraron a Candela con cara de suplica y rompieron el silencio con una fuerte carcajada.
Nada más llegar a casa del tío de Candela, Carolina obligo a todos a salir del coche para sacar una foto en la puerta de la urbanización, para segundos después subirla a las redes sociales. Después llegaron a casa y organizaron las habitaciones. La casa constaba de dos plantas, arriba había dos habitaciones y un baño y abajo un salón, la cocina y un aseo. La casa contaba también con una terraza delantera. Carolina y Candela dormirían juntas en la cama de matrimonio y los niños en la otra habitación, que tenía una litera y una cama supletoria. Una vez deshecho el equipaje Candela y Carlos fueron a hacer la compra, mientras Carolina, Nacho y Julio terminaban de recoger.
- ¿Si?-. Carolina cogió el móvil de Candela.- No, ha ido a la compra, se ha dejado el móvil-. La voz habló.
Media hora después Candela y Carlos volvían de la compra. Cuando todo estuvo colocado los chicos se fueron a la piscina mientras Candela y Carolina preparaban algo de comer.
>> Te echo de menos, no nos pudimos despedir en condiciones y tengo una espinita. Pronto tendrás una sorpresa. Besos.
A la mañana siguiente muy temprano, Carlos ya estaba en su casa para ayudarla a bajar sus cosas, mientras Nacho y Carolina esperaban abajo.
- ¿Pero qué dices joio tonto?-. Se reía Candela bajando las escaleras.- Esta noche nada de salir, habrá que limpiar un poco ¿no?
- Tenemos que ir a la compra-. Comento Carlos.
- ¿Qué piensas hacer de comer?-. Pregunto Julio.
- ¡Oye! Que yo no soy tu esclava, yo también voy de vacaciones-. Candela se indignó.
- ¡FOTO!-. Carolina era también una aficionada a la fotografía e iba con su cámara a todos sitios. Candela, Julio y Carlos posaron.- Hola cariño-. Candela y Carolina se abrazaron y se dieron un beso.- Me harás berenjenas rellenas ¿verdad?
- ¡Carolina! ¿Tú también?-. Candela no sabía si reír o llorar.
- No le hagas caso Candy Candy-. Nacho le dio un beso.- Yo quiero que me hagas fajitas-. Todos miraron a Candela con cara de suplica y rompieron el silencio con una fuerte carcajada.
Nada más llegar a casa del tío de Candela, Carolina obligo a todos a salir del coche para sacar una foto en la puerta de la urbanización, para segundos después subirla a las redes sociales. Después llegaron a casa y organizaron las habitaciones. La casa constaba de dos plantas, arriba había dos habitaciones y un baño y abajo un salón, la cocina y un aseo. La casa contaba también con una terraza delantera. Carolina y Candela dormirían juntas en la cama de matrimonio y los niños en la otra habitación, que tenía una litera y una cama supletoria. Una vez deshecho el equipaje Candela y Carlos fueron a hacer la compra, mientras Carolina, Nacho y Julio terminaban de recoger.
- ¿Si?-. Carolina cogió el móvil de Candela.- No, ha ido a la compra, se ha dejado el móvil-. La voz habló.
Media hora después Candela y Carlos volvían de la compra. Cuando todo estuvo colocado los chicos se fueron a la piscina mientras Candela y Carolina preparaban algo de comer.
>> Te echo de menos, no nos pudimos despedir en condiciones y tengo una espinita. Pronto tendrás una sorpresa. Besos.
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