22 de julio de 2013

Capítulo 21...

- Hola ¿llevas mucho esperando?-. Candela bajaba las escaleras cuando vio a Sergio esperando.
- No, acabo de bajar-. Sonrió mientras le abría la puerta.- Estas muy guapa-. La miro de arriba abajo, llevaba unos vaqueros y la camiseta le caía descubriendo uno de los hombros.
- Gracias-. Sonrió y salieron.

Sergio le abrió la puerta antes de que ella lo hiciera, subieron al coche y empezó a conducir mientras la miraba de reojo. Llegaron a un pub y se sentaron en una agradable terraza. Candela conocía el sitio, había pasado agradables tardes con Rafa y sus amigos y en ocasiones Rafa y ella solos…

- Gracias por venir-. Sergio la distrajo y sus miradas se encontraron.
- De nada, yo también quiero que hablemos-. Candela se miro las manos.
- ¿Qué van a tomar?-. El camarero apareció y Sergio la miro esperando.
- Refresco de limón, por favor-. Pidió Candela.
- Una ‘’sin’’ para mí-. Dijo Sergio.

Cuando las bebidas llegaron ambos bebieron un sorbo para darse valor.

- Bueno…-. Dijeron al unísono y rieron.
- Tu primero, por favor-. Sergio la miro.

Candela cogió aire y lo expulso. – Quiero decirte que me sorprendió lo que pasó ayer, pero que tranquilo no estoy enfadada, no voy a armar un escándalo y tampoco te voy a reclamar ni dejarte de hablar y esas cosas-. Dijo Candela tranquila, mirándolo y sonriendo.

Sergio no dejo de mirarla y asentía ante sus palabras. – Yo quiero decirte que fue un impulso, pero no me arrepiento. Es más, lo volvería a hacer-. Sergio observo la reacción de Candela, que permanecía serena.- No me importaría, porque estoy muy a gusto contigo, me siento relajado cuando me hablas, cuando sonríes. Eres muy cálida-. La miro a los ojos.

- Sergio-. Susurro Candela.
- Lo siento de verdad, llevo varias semanas que no dejo de pensar en ti-. Sergio sonrió.- Cada vez que dices mi nombre… -. Le dio un escalofrío al recordar sus labios.
- Lo siento Sergio, yo no quería…-. Lo miro sintiéndose culpable.
- No ha sido tu culpa, que una persona se sienta atraída por otra es lo más normal-. Alargo la mano y le cogió la suya, acariciándola. Candela bebió un gran sorbo de refresco.

Madre mía ¿Qué estaba pasando aquí? Ella no estaba preparada para otra relación, era pronto, muy pronto para su corazón. La voz de Rafa sonó en su cabeza – El día que conozcas a alguien no pienses en mi, mereces ser feliz mi niña-. Los ojos de Candela se volvieron verdes.

- Candela ¿te pasa algo?-. Sergio pregunto al ver el cambio en su reacción y en sus ojos.
- Lo siento Sergio, he quedado con alguien y se me hace tarde-. Se levanto dejando unas monedas en la mesa. Sacó su móvil y llamó.- Julio, te espero en el cine-. Dijo cuando estaba fuera, empezó a caminar y mil recuerdos se le agolparon en la memoria.

Capítulo 20...

- Por favor-. La suplica de Sergio llego a sus oídos, pero ella estaba absorta, había pasado de mirar sus ojos a mirar las grandes manos de él, una de ellas aún en el brazo de Candela.
- Si-. Susurro ella sin saber.
- Te espero aquí a las 20:00h-. Sonrió Sergio.

- ¿En qué berenjenal se había metido?-. Pensaba Candela mientras intentaba comer.- Esto era una completa locura. Ya casi no recordaba esa conversación con su abuela cuando tenía tres años y de todos modos había pensado en ella como lo que era, la gracia de una niña. Es cierto que de pequeña lo tenía idealizado como a un príncipe Disney, pero había crecido y madurado, y lo más importante de todo: los cuentos de hadas no siempre terminaban con un felices para siempre

Tres años atrás (Enero de 2010)

- Te adoro ¿lo sabes?-. Una voz masculina distrajo a Candela de sus estudios, levanto la cabeza y miro los ojos azules que le devolvía la mirada.
- Yo te adoro, te quiero, te amo-. Sonreía Candela mientras le daba un beso.- Ahora déjame terminar de repasar Rafa-. Se aparto para seguir estudiando.


- Cariño ¿estás bien?-. Lydia distrajo la dirección de sus pensamientos.
- ¡Eh! Si mamá-. Se levanto y recogió su plato.- No tengo hambre, lo siento-. Se fue a su cuarto y unas lágrimas hicieron acto de presencia. ¡Toc Toc! .– Adelante-. Se seco las lágrimas y miro a la puerta que siempre estaba abierta.
- ¿Qué te pasa Candela?-. Su hermano la miro preocupado.- ¿Es por Rafa verdad?-. La abrazo.
- Si, a veces me acuerdo de él y duele-. Acepto el abrazo y se lo devolvió.
- ¿Quieres que vallamos al cine esta tarde? Te invito-. Julio intentaba animar a su hermana.
- Me encantaría-. Sonrió Candela.- Yo te invito a las palomitas.
- Hecho, ¿a qué hora vamos?
- Mmmm… he quedado a las 20:00h ¿Cuándo termine te aviso? Intentaré que no se alargue mucho.
- Genial, luego hablamos-. Julio le dio un beso y salió de su habitación. El recuerdo de las palabras de Rafa volvió a Candela…

Tres años atrás (Abril de 2010)

- Eres preciosa, nunca me canso de mirarte-. Rafa la abrazo por la espalda.
- Yo tampoco me canso de mirarte y de quererte-. Candela giro la cabeza y le dio un suave beso.
- Te voy a querer siempre Candela, siempre voy a estar a tu lado-. Le devolvió el beso.
- A tu vera, siempre a la verita tuya hasta que de amor me muera-. Canto Candela al oído de Rafa.

Las lágrimas volvieron a rodar por sus mejillas y sus ojos cambiaron a verde intenso.

Capítulo 19...

- Buenos días tesoro-. La voz de su padre hizo sonreír a Candela.- ¿Qué tal has dormido?
- Bien papá-. Le dio un beso y cogió leche para desayunar.
- Esta noche has estado muy inquieta ¿no?-. Le lanzo una mirada.- ¿Tiene algo que ver con Rafa?

Candela casi se atraganto con el desayuno, no recordaba que su padre tenía un sueño ligero desde que ella era pequeña y que se había agravado iba a hacer tres años.

- No era nada papá, solo se me metió una idea en la cabeza, ya sabes cómo soy-. Hizo un gesto con la mano para quitarle importancia.
- Si, una luchadora incansable, que cuando se le mete algo en la cabeza no para hasta dar con la tecla-. Rió Juan.

Estaba muy orgulloso de sus hijos, pero Candela era el amor de su vida, la quiso desde mucho antes de nacer. Cuando Lydia le anuncio que esperaban una niña Juan saltó de alegría, siempre había querido una niña, una niña con la sonrisa y los ojos de su madre, pero Candela rompió esquemas y a los veinte años era muchísimo más guapa que su madre a la misma edad. A parte de valiente y luchadora, era generosa y buena con los demás y con ella los malos momentos siempre eran más llevaderos.

La mañana paso rápido, Candela había quedado con sus primos para ir a la piscina y cuando llegaba a casa, Sergio salía.

- ¡Hola!-. Saludo Sergio.
- Hola-. Susurro Candela sin querer mirarlo mientras entraba.
- Espera por favor-. Sergio le agarro el brazo.- Quiero que hablemos de lo que paso anoche-. La miro.
- Ahora no puedo, me esperan para comer-. Al notar su mirada lo miro a los ojos.
- Vamos a vernos esta tarde, por favor-. Pidió.

Candela se quedo mirando los ojos negro de Sergio, había algo en ellos que no había visto los últimos días, y eso que ella siempre procuraba mirar a los ojos, no era un chica tímida y siempre miraba a sus interlocutores a los ojos. Pero los de Sergio tenían algo nuevo, una chispa que no sabía cómo definir.

Capítulo 18...

- Es verdad ¿a qué venía todo eso?-. Pensó Sergio.

Echando la vista atrás se acordó de todo lo que paso el mes anterior, el reencuentro, Las Capeas, las veces que la había visto venir de la playa, su sonrisa, su luminosidad. En todas las ocasiones estaba tan guapa, rezumaba vida y felicidad, él mismo había sentido en sus propias carnes la alegría que transmitía, la dulzura de su voz, con Clara nunca le había pasado, era demasiado seria. Candela por el contrario hacía que todos a su alrededor estuvieran más alegres con sus vidas, la volvió a mirar, esos grandes ojos marrones habían cambiado, ahora se dejaba ver en ellos un destello de verdor. Se acerco a ella y le dio un beso cerca de la comisura. Fue breve, intenso y ninguno de los dos se movieron, él por la tranquilidad de que ella no se había echado para atrás, y ella de lo sorprendente que estaba resultado la tarde.

- Candela, yo…- Sergio no sabía ni que decir. Ahora se sentía mucho mejor que antes, pero le faltaban palabras para expresarse.

- Lo siento, tengo que irme-. Candela se levanto y soltó su mano de la de él.- Buenas noches-. Bajo y entro en su casa.

Mientras veía una película para tener la mente ocupada, Candela inconscientemente se tocaba el lugar donde Sergio le había dado un beso, todavía no se lo creía, ¿en qué momento todo había cambiado? Tan ciega estaba ella para no darse cuenta de a donde conducía toda la conversación, no es que estuviera ciega, se dijo a sí misma. Es que desde Rafa las ideas románticas pasaron a un segundo plano para ella. En cambio para Sergio todo había sido muy real y muy intenso, él nunca pensó en el ideal romántico, quizás por eso su matrimonio se había ido a pique, aunque no toda la culpa había sido suya, Clara tampoco era muy romántica, raro, pero cierto.

- Menos mal que estamos en verano-. Pensó Candela al poner un pie en el suelo la mañana siguiente.

Se había pasado la noche en vela, dando vueltas en la cama y no había descansado. Si le llega a pasar en mitad del año escolar se hubiera dormido en plena clase, y la clase de Lengua era como para despistarse, bastante consideranción le habían tenido durante todo el curso con lo de Rafa. La noche de Sergio no había sido de las mejores en el aspecto del descanso, pero se sentía vivo y tenía clavada en la cabeza la mirada de destellos verdes de Candela. Después de mucho pensar llegó a la conclusión de que nunca había sido tan feliz, pensó en el día de su boda, si, también había sido feliz, pero no había comparación. En aquel momento estaba cegado, ahora con la mente despejada y la vista bien clara se daba cuenta de lo que era felicidad.

Capítulo 17...

- Estaba todo muy bueno-. Comento Sergio en la puerta de la casa de Candela.
- Me alegro mucho.- Sonrió ella.
- Gracias, este ha sido uno de mis mejores cumpleaños-. Sergio la miro.
- Gracias a ti por invitarme y formar parte de él.
- Ven conmigo, quiero que hablemos-. Dijo cogiéndola de la mano para subir el tramo de escaleras que quedaba para subir a la azotea. Se sentó en el escalón y la invito a que se sentara con él.- Como has crecido…- La miro a los ojos intensamente.
- Lo normal en los seres humanos, crecemos desde niños hasta ser adultos-. Candela sonreía pero no entendía a donde iba esta conversación y mucho menos a que venía.- Tú también has cambiado.
- ¿Qué edad tienes?
- Cumpliré los veintiuno en noviembre-. Lo miro.
- Hoy me he acordado de esa niña de grandes ojos marrones que quería casarse conmigo-. Sonrió ante la sorpresa de Candela.

¿Se acordaba de esa escena? Si hacía mil años de eso, casi no se acordaba ni ella, si no fuera porque su abuela lo recordaba cada vez que hablaba de lo graciosa que era ella de pequeña lo habría olvidado.

- ¿Te acuerdas de eso?-. Él asintió con una sonrisa.- Recuerdo que me dijiste que me esperarías-. Ahora el sorprendido era Sergio.

Tenía razón, pero como la iba a esperar, ella era una cría. Trece años de diferencia era mucho, y si llevándose dos años con su ex-mujer había sido un desastre como no lo iba a ser con una cría de veinte años.

- A lo mejor me hubiera ido mejor contigo-. Candela no daba crédito a lo que oía y tuvo que parpadear para ver si era verdad que Sergio le estaba cogiendo la mano y se la llevaba a los labios para darle un beso.- Pero eres una niña, yo acabo de cumplir treinta y cuatro años.

- Entonces, ¿a qué viene todo esto?-. La sorpresa la dejo bloqueada, pero no muda.

21 de julio de 2013

Capítulo 16...

- Sergio-. Dijo Candela mientras los ojos de él se posaban en el movimiento de los labios de ella. Le había encantado como sonó su nombre la primera vez, pero ahora lo había disfrutado.
- Muchas gracias.- Sonreía Sergio.- Ha sido el mejor regalo de cumpleaños-. Candela seguía sin entender hasta que llego su aclaración.
- ¡Felicidades!-. Aplaudió Candela dando un paso hacía él y depositando un beso en su mejilla.
- Miento, este regalo ha sido mucho mejor-. Volvió a sonreír mientras Candela se ruborizaba.- ¿Quieres venir a celebrarlo? Mis padres tienen preparado una merienda.

Entonces la intuición de Candela hizo acto de presencia, las cosas que le había encargado Toñi era para celebrar su cumpleaños, dio gracias al cielo de haber recurrido a dos recetas que conocía a la perfección y que eran un éxito seguro.

- Me encantaría-. Lo miro a los ojos.

Media hora después Candela estaba delante de la puerta de casa de Sergio con una tarta de queso y unos cupcakes de limón, muy refrescantes. Toñi abrió.

- ¡Candela cariño! Estas guapísima, pasa-. La dejo pasar y cerró la puerta.
- Buenas tardes-. Saludo educadamente.
- Hola-. Sergio se levanto de inmediato y miro las cosas que traía Candela.- Ahora entiendo todo-. Le dio un beso en la mejilla.- Gracias por venir-. Dijo mientras le cogía una de las bandejas.

Un rato después todo estaba acabado y como Candela supuso había sido un éxito. La tarta de queso se convirtió en la favorita de Sergio, según palabras suyas y los cupcakes de limones salieron muy suaves y ligeros. Todo estupendo.

- Vamos Candela, te acompaño a casa-. Se ofreció Sergio.

20 de julio de 2013

Capítulo 15...

- No, era para tenértelo encargado. Lo necesito para la semana que viene-. Comento Toñi.
- Entonces perfecto, para la semana que viene esta todo finiquitado-. Dijo Lydia riendo.
- ¿Lo quieres de algo en especial?-. Pregunto Candela.
- Sorpréndeme, te doy carta blanca-. Le dirigió una sonrisa a ambas mujeres.
- Genial, no te arrepentirás-. Candela se reía, pues si le gustaba le repostería más le gustaba que la dejaran hacer lo que ella quisiera en ese aspecto.

Después de despedirse Candela y su madre salieron del portal mientras Toñi entraba en su casa.
- Le he encargado a la niña de Lydia la merienda para el cumpleaños de Sergio-. Comunico Toñi a su marido.
- Me parece bien, esa niña hace cosas que están buenísimas-. Pedro sonrió.- ¿Te acuerdas de la tarta de limón que hizo para mi cumpleaños? Le tienes que encargar otra.
- ¡Si! Estaba muy rica-. Toñi coincidió con él.

Una semana después (principios de Julio 2013)

Después de una dura tarde anterior haciendo una tarta y una agradable mañana del día siguiente preparando sus ricas magdalenas con moño, Candela recibió la llamada de unas amigas para ir a la playa esa tarde y no dudo en aceptar, el mar y las risas le sentarían bien.

- Nos vemos el próximo día guapa-. Las amigas de Candela se despidieron de ella desde el coche, mientras ella salía del coche vestida de forma playera.
- Adiosito-. Las despidió con la mano hasta que el coche se alejo.

- ¡Hola Candela!-. Una voz la sorprendió a sus espaldas.
- ¡Ah! Sergio, me has asustado-. Candela se reía mientras a Sergio le daba un vuelco el corazón al oír su nombre en los labios de ella.
- Dilo otra vez-. Pidió mirándola fijamente a los ojos.
- ¿Perdona?-. Le devolvió una mirada confusa, pero con una sonrisa en los labios.
- Vuelve a decir mi nombre-. Susurro.

19 de julio de 2013

Capítulo 14...

- Vamos que si-. Dijo Juan riendo.
- Sí, que para espantar novios no va a dar abasto-. Sonreía Sergio ante la mirada de Candela, que cambiaba por segundos de tímida a distante.
- ¡Bah!-. Julio hizo un gesto con la mano quitando importancia.- Candela no quiere novio ¿verdad?
- Verdad-. Candela por fin se pronuncio. Mientras todos reían, Sergio se quedo pensando.
- Entonces, ¿el chico moreno de gafas?-. La pregunta que Sergio pensaba salió de la boca de su madre.
- Carlos es un amigo-. Candela volvió a levantar la vista.
- Más que un amigo, Candela-. Inquirió Juan.- Carlos se ha portado con mi hija como un hermano y nunca le ha faltado al respeto, en mi casa es como un hijo, y viceversa-. Finalizo Juan orgulloso del amigo de su hija.
- Bueno, nos tenemos que ir. Hasta luego-. Lydia se despidió y todos caminaron. Sergio sonreía para sus adentros.

La mocosa no tiene novio, es bueno saberlo pensaba Sergio. Varios días después Candela se quejaba del calor.

- A ver si nos ponen ya la cocina, esto es un tormento-. Hablaba con su madre mientras abría la puerta de la calle.
- Candela guapa-. Toñi llamo su atención.- ¿Me podrías hacer unas magdalenas de las tuyas y una tarta?-. Sonrió.

Candela hacia unas magdalenas con moño, como decía ella que estaban riquísimas y unas tartas para morir también, en su bloque acostumbraban a encargarle a ella algunas cosas así, como galletas, tartas, magdalenas, etc. Siempre sorprendían y daban muy buen resultado en las celebraciones de cada casa.

- Todavía no han terminado de poner la cocina Toñi, ¿te corre prisa?-. Candela la miro.

Candela empezó con la repostería hacia un año y medio, la psicóloga le recomendó que se mantuviera ocupada con algo y después de trabajar como voluntaria en el hospital llevando sonrisas a los niños ingresados y alegrándoles el día a los adultos pensó en la repostería. Siempre le había gustado la cocina así que se lanzo con el dulce, y no lo hacía nada mal, se sacaba hasta un dinerito para sus cosas.

18 de julio de 2013

Capítulo 13...

Mientras Candela le contaba a su padre su anécdota en la Finca llegaban a casa y puso al día a su familia de cómo se encontraba y como lo había pasado. Esa misma tarde Juan, Pedro y Sergio se encontraban en el portal.

- ¿Qué tal la torera?-. Sonreía Pedro.
- Dice que estuvo en la Finca de Millares, viendo como lidiaban una vaca que casi se mete entera por el burladero-. Juan se reía. Sergio por el contrario no se reía en absoluto, pensando en que podía haber pasado algo.- Decía que ella estaba dispuesta a saltar al ruedo si llegaba a entrar-. Las risas de los dos hombres resonaron en contraste con la sonrisa fingida de Sergio.
- Que chica-. Comento Pedro admirado.
- Si-. Siseo de mala gana Sergio.

Pasaron unos días y Sergio se subía por las paredes, tenía ganas de ver a Candela y que ella le saludara efusivamente. Candela por el contrario no se acordaba de nadie, estaba ocupada arreglando sus papeles del instituto y pasó algunos días en casa de su abuela.

El día llego y en el portal se encontraban Toñi, Pedro y Sergio, cuando bajaban Lydia, Juan, Julio y Candela.

- ¿Te has cortado el pelo? ¡Qué guapa!-. Exclamo Toñi mientras la observaba.
- Gracias-. Candela se volvió tímida ante la mirada de Sergio, que se le iluminaron los ojos en cuanto la vio.
- Vais a tener que tener cuidado con la moza-. Comento Pedro a Lydia y Juan.

17 de julio de 2013

Capítulo 12...

Candela no era una chica religiosa, era creyente sí, pero nada practicante. Los únicos actos religiosos a los que iban eran bodas, bautizos, comuniones, bajada y subida de San Juan Bautista y como no, sus queridas Cruces de Mayo. Pero ahí estaba un año más, esta vez no daba las gracias, este año pedía…

- Dame fuerzas por favor-. Candela rezaba con los ojos cerrados, pero al abrirlos miro a la imagen de San Juan Bautista.- Carlos se merece que pase el día bien, que mis lágrimas no le atormenten en este día tan especial.
- Ayúdala Bautista-. Pedía a su vez Carlos.- Consuela su sufrimiento, envía una alegría a su vida-. La miro de reojo, mientras ella miraba la imagen del Patrón.

Esa tarde cuando el Santo salía, Carlos la cogió de la mano y se la apretó para transmitirle fuerzas, ella se la llevo a la boca y le dio un beso en señal de agradecimiento. Cualquiera que los viera pensaría que era una pareja acaramelada, embargados por la emoción de ver al Patrón, pero nada más lejos de la realidad. Entre ellos no había un solo sentimiento romántico. Candela se sentía con Carlos como cuando estaba con Julio, esa confianza de hermanos, esa protección mutua por encima de todo.


Sergio no volvió a ver a Candela hasta dos días después, cargada con una gran maleta, un bolso, una mochila y una bolsa. Juan, su padre y Julio la ayudaban.

- ¡Anda hija! Valla cargamento de ropa-. Decía Juan cargando la pesada maleta.
- Lo sé papá, pero en los pueblos ya se sabe. Tienes que ir cada día diferente-. Sonreía, pensando que en realidad no había salido todas las noches. La primera noche porque los recuerdos la abrumaron, la segunda salió, la tercera no, estaba cansada y así hasta la noche del Santo, que le pidió fervientemente que le diera fuerzas para acompañar a su amigo.- Por cierto, estuve en la Finca de Millares viendo montar a las vacas en el camión, Carlos prácticamente me saco de la cama.- Se reía.- Que mal lo pase.

Capítulo 11...

- Ya es hora de que Candela este aquí, ¿Dónde coño se habrá metido la mocosa?-. Pensaba Sergio cada vez más enfadado mientras pasaba un grupo de tres vacas.

- Corre Candela, que están paradas ahí delante-. Carlos la cubría mientras ella se metía dentro de la valla.
- ¡Uff! Que mal lo he pasado-. Reía Candela cuando ya estaba dentro y a salvo.
- ¿Dónde habéis estado?-. Pregunto una rubia.
- En la plaza viendo a las Damas, iban guapísimas-. Sonreía.- Y ya nos hemos entretenido.
- Pues déjate de historias y canta un poco-. La rubia le marco el compás con las palmas.
- A veces tengo recuerdos, de ese niño que jugaba a los toros en la calle y no lo miraba nadie, vamo Antonio-. Animó al chico moreno para que tocará la caja.- Hoy he vuelto a recordar, esa bonita ilusión de jugar a ser mayor y no sentir la maldad. Yo quisiera volver al tiempo donde los días no pasaban por la via, con esta loca agonía.

Cuando termino le pidieron una más alegre y Candela no dudo en su favorita…
- Me casé con un enano salerito pa jartarme de reír. Olé ahí ese tío que va ahí-. Ella misma tocaba también las palmas.- Pa jartarme de reír, le puse la cama en alto, olé salerito y olé. Le puse la cama en alto, salerito y no se podía subir, olé ahí ese tío que va ahí. Y eso si que fue de veras, y eso si que fue de veras, y eso si que fue de veras que al bajarse de la cama salerito se cayó en la escupidera.

La noche hacía acto de presencia cuando el cohete que marcaba el final de la tarde de Capeas brillaba en el cielo, Carlos y Candela salieron un rato antes, justo cuando pasaba una vaca despistada que los obligo a subirse a los palos más temprano que tarde. El último día paso sin nada que destacar y Sergio, satisfecho con él mismo volvió a casa con la tranquilidad que le producía el hecho de que Candela estaba sana, salva y feliz. Como siempre, pensó él.

15 de julio de 2013

Capítulo 10...

- ¡BIEN!-. La multitud empezó a aplaudir.
- Primer día de capeas acabado-. La voz de Candela llego a sus oídos mientras que Sergio se daba la vuelta para que ella no lo viera.
- Vamos a ver a mi tía Candela, que tenía ganas de verte-. Sugirió Carlos mientras avanzaban por la ya segura Calle Pozonuevo.

Después de todo no había perdido tanto la tarde, pensó Sergio. Ya sabía dónde podría encontrar a Candela.
- ¿Dónde has estado toda la tarde Sergio?-. Pregunto su madre no dándole tiempo casi a entrar en casa.
- He estado con unos amigos-. Respondió con un gesto de la mano para quitarle importancia y se sentó a cenar.

Cuando se acostó la voz de Candela lo acompaño durante toda la noche, a Candela por el contrario le costaba dormir…

- Venga Candela, solo un ratito, cuando te sientas mal te acompaño y me quedo contigo-. Suplicaba Carlos.
- Por favor no insistas-. Candela lo miraba con ojos verdes.- No me encuentro bien, ha sido un día de muchas emociones, no tengo fuerzas. Y no quiero amargarte la noche-. Candela se lamentaba.
- Sabes de sobra que nunca me amargas, ni en tus peores momentos-. Carlos la abrazó-. Está bien, pero si necesitas algo, me llamas o a mi madre.
- Vete tranquilo-. La voz de la madre de Carlos distrajo a ambos.
- Gracias Lola-. Candela sonrió.

- ¿Cómo estas?-. Pregunto Lola, una vez que Carlos se había marchado al recinto ferial.
- Estoy, que ya es algo-. Candela suspiro.- Ha sido un día muy duro, muchos recuerdos, emociones. Echo tanto de menos a Rafa-. Dijo mientras Lola, que siempre la había tratado como una hija, le acariciaba el pelo hasta que se quedo dormida.

- ¡Rafa!-. Candela estaba mirando a un chico alto a los ojos.
- Candela-. Suspiro el chico-. Te quiero, lo sabes. Te adoro, lo dudo. Te amo, lo juro-. Le dijo el chico mientras le acariciaba la mejilla y la besaba suavemente.
- Yo también te amo Rafa, te echo de menos-. Sus mejillas estaban húmedas.- Quiero estar contigo mi vida.
- Sabes que eso no puede ser…
- ¡Rafa! ¡Rafa! ¡RAFA!-. Candela dio un grito que despertó a Carlos.
- Candela, tranquila-. Carlos se levanto y la abrazo mientras ella lloraba desconsoladamente.

La tarde siguiente se presentaba igual o eso pensó Sergio, pero Candela no se presento a la valla y se preocupó, después escucho a Carlos decir que estaba cansada. La tercera tarde de Capeas, Sergio seguía vigilando a Candela como un furtivo vigila a su presa, se deleitaba con los cantes, bailes y bromas de la muchacha. La cuarta tarde sí que fue más sufrida.

14 de julio de 2013

Capítulo 9...

Cuatro años atrás (19 de Junio 2009)

- ¡Mon coeur! Ya tenía ganas de llegar-. La voz de Candela distrajo a Carlos momentáneamente, era tan alegre.
- ¡Hola petit! ¿Qué tal?-. Le dio dos besos.
- Bien, quería presentarte a Rafa, mi novio-. Sonreía mientras hacía la presentación agarrada del brazo de Rafa.- Mi vida, él es Carlos, mi mon coeur-. Los tres soltaron una carcajada, pues Candela era muy dada a llamar a sus amigos con palabras en francés o en otros idiomas.
- Encantado-. Respondieron los chicos al unísono estrechando sus manos.
- Venga vamos, o si no, no veremos ni los cuernos de las vacas-. Reía Carlos mientras llegaba al final de la calle y se metía de lleno en la calle de los toros.- Candela, Rafa esta es la Calle Pozonuevo y aquí se hacen las Capeas, solo en esta calle y en la plaza que esta para allá.- Señalo al lado derecho de la calle.
- Cariño no me sueltes y no te separes de mí-. Rafa la cogía protectoramente.
- Tened cuidado que están ahí-. Murmuro Carlos con una tranquilidad que sorprendió a Candela. Rápidamente los tres se montaron en unos palos hasta que las vacas avanzaron.

Una vez en la valla de una amiga de Carlos empezaron las presentaciones, los bailes y los cantes.
- Mi vida canta tú también-. Rafa animó a Candela.
- Huelva es cómo una barquilla, que navega entre olas. ¡Ay! Mi Huelva, que navegas entre olas…- empezó Candela mientras un chico moreno tocaba la caja y otras bailaban.- rodeada de corales, de conchas y caracolas, ¡ay! Mi Huelva, pa que no navegues sola-. Rafa le dio un beso.
- ¡Olé!-. Se abrazaron mutuamente.
- Cantas genial Candela-. Dijo Carlos mientras aplaudía
- Venga otra-. Rafa volvió a animarla mirándola a los ojos, pidiéndole su canción favorita.
- Como me odia…


- Así que la mocosa tenía miedo-. Alcanzó a oír Sergio con el murmullo de la gente.- Mejor, así no saldrá fuera-.
- ¡Que viene! ¡Que viene!-. Las voces le alarmaron y volvió a trepar a los palos y desde lo alto vio a Candela coger el cigarro y el tinto del chico moreno, para que él subiera. Era muy considerada-. Pensó Sergio, le encantaría que ella confiase en él y convertirse en su apoyo. Estaría siempre ahí para ayudarla.

Cuando volvieron a pasar las vacas Sergio bajo y Candela le devolvió las cosas a Carlos, se unió al círculo de personas y empezó a cantar otra canción. La tarde paso y llego el momento en que Candela salió de la valla, un momento después un cohete silencio a todos los allí reunidos.

13 de julio de 2013

Capítulo 8...

- ¿Por qué había dicho eso?-. Se pregunto, pero no necesito respuesta, todas sus preguntas respondían al nombre de Candela, la mocosa se le había metido en la cabeza y no sabía de qué manera, y ahí estaba él, buscándola en una calle llena de gente.

- Como me odia, como me odia. Como me odia, pero a mi no me importa se lo que a sio, esas son las señales de que ma querio-. Una voz cantarina, cálida y femenina llamo la atención de Sergio.- Y tú presumes, vas diciendo a la gente que me has dejao, pero tol mundo sabe que has fracasao-. Era la voz de Candela, no la había reconocido a ella, pues con el corte de pelo estaba muy cambiada, pero su voz era inolvidable y le estaba amenizando la tarde a la gente que estaba a su alrededor, cantaba muy bien.- Y me da pena verte por las esquinas tonta perdia, vigilando mis pasos de noche y día-. Había dado en el clavo la mocosa, pensó Sergio para sus adentro.

- ¡Olé!-. Un chico moreno la abrazo y le dio un beso en la mejilla mientras le susurraba algo al oído.- ¿Estas bien?-. Ella asintio sonriendo y respiro profundamente antes de que sus ojos se volvieran verdes.- Anda Candela sal fuera-. Dijo el chico moreno, que no era el mismo del día de la playa.
- No Carlos, no me apetece. No me veo con fuerzas, tengo miedo-. Se apoyo en la valla a hablar con él.
- Tranquila-. Le acaricio la mejilla.- Aunque estes dentro, me alegra que estes aquí, y me ha sorprendido mucho que cantaras.
- No he dejado de cantar, deje de hacerlo los primeros 6 meses, pero le gustaba tanto cuando cantaba-. Suspiro.- Que cuando lo hago lo siento a mi lado-. Sonrio.
- Tienes razón, le gustaba mucho y siempre te pedia que cantaras, sobre todo esa canción-. Comento Carlos.

12 de julio de 2013

Capítulo 7...

- ¿Las Capeas? En San Juan ¿no? Que sueltan vacas por la calle-. Comento Toñi.
- Sí, ya ha ido otras veces. Me va a salir la niña torera-. Empezó a reír Juan ante la idea de que Candela fuera torera, hombre de pequeña daba buenos pases con la ''muleta''.

Por la noche Toñi comento la conversación mientras cenaban. Sergio escuchaba atentamente mientras que por dentro un miedo le aprisionaba el pecho. – Pero como que capeas, sus padres ¿están loco o qué?, es una cría ¡por Dios!-. Pensó e impulsivamente decidió que iría mañana a esas capeas para ver a Candela y asegurarse que no le pasaba nada.

- Como para encontrar a la mocosa aquí, esto está hasta la bandera-. Pensaba mientras buscaba a Candela.
Era la primera vez que iba a San Juan en Capeas y no sabía a dónde mirar. La calle de los toros era un hervidero de gente, vendedores de patatas, de camarones, gente corriendo, gritando, tomando cervezas y tinto.

- ¡Que viene! ¡Que viene!-. varias voces al unísono lo alarmaron y corrió en dirección a los palos, imitando lo que hacía aquella gente. Un grupo formado por cuatro vacas corrió delante de él alentadas por corredores y gritos, cuando pasaron se bajo y siguió avanzando. Mientras pensaba que era una locura lo que estaba haciendo, buscar a la mocosa en un sitio así. ¿Qué le importaba él? Entonces recordó la conversación con Paloma…

- No quiero que nos volvamos a ver-. La voz de Sergio sonó fría mientras miraba a la pelirroja de ojos grises.
- ¿Pero por qué cariño?-. Ella se acercaba a Sergio peligrosamente, intentado besarlo.
- Porque he conocido a alguien-. La agarro de las muñecas y la aparto suavemente, pero decidido.

11 de julio de 2013

Libro: El éxtasis de Gabriel...

Tras varios meses de espera, el profesor Gabriel Emerson y Julia Mitchell, su alumna, acaban  consumando su amor e inician una apasionada relación en la clandestinidad. Apartados del mundo durante unas románticas vacaciones en Italia, Gabriel la instruye en las delicias del cuerpo y en el éxtasis de la sensualidad. Pero a su regreso, su felicidad se ve amenazada por las estrictas normas académicas y por una ex amante celosa. Tras ser descubiertos, el consejo universitario exonera a la joven de toda responsabilidad, con la única condición de que no vuelva a tener contacto con el profesor... ¿Volverán a caer en la tentación?


La continuación ha sido genial, fantástica, pocas palabras expresan como me siento en estos momentos. No quiero hablar mucho del libro, pues es muy reciente y no quiero hacer spoiler. Lo quiero comparar un momento con Cincuenta Sombras de Grey, la persona que no quiera leer este libro porque piense que se parecen en algo, esta muy equivocada y la invito a que lo lea. Yo misma fui una de esas personas y aunque Cincuenta Sombras... me gusto, pensaba que este iba a ser de la misma temática, masoquismo, bondage, etc. pero me equivoque. La historia es mucho más intensa, el sufrimiento de cada personaje es más fuerte, así lo veo yo.
sobra decir que ambas me han gustado, pero no tienen nada que ver, son las mejores cada una en su campo.

Hasta la próxima...*

Capítulo 6...

- ¡Hola!-. Candela saludo a Sergio.
- ¡Hola! Sonrió mientras seguía su camino.
-  ¿Qué dice Carlos?-. pregunto Julio.
- Dice que tiene ganas de verme, que se alegra por mi aprobado y que este tranquila-. Comentaba Candela mientras entraba en su portal.

Esa misma tarde Candela tenía que hacer una visita, contarle como iba su vida, las cosas que le pasaban a sus amigos, necesitaba decirle que lo echaba de menos y que no se olvidaba que él. También quería decirle que la ayudara a seguir adelante. 

A la mañana siguiente Candela tenía cita en la peluquería, era hora de cambiar de look. No es que se viera fea con su larga melena rizada, pero ya hacía calor y llevaba tiempo sin cortárselo desde… - ¡Stop! Piensa en positivo Candela-. Se dijo a sí misma. Por la tarde, después de hacer las maletas y despedirse de su familia su padre la llevo a casa de Carlos. Cuando volvía se encontró con sus vecinos en el portal.
- ¿Y tú niña Juan? Hace tiempo que no la veo-. Pregunto Toñi al padre de Candela.
- La acabo de dejar en casa de un amigo que son Las Capeas.

¡Mis Capeas!-. susurro Candela al llegar a casa de Carlos, llevaba tiempo sin ir a casa de su amigo, donde había pasado momentos inolvidables, pero después de lo sucedido hacía dos años no tenía ganas de nada, respiraba porque era inevitable, se alimentaba porque la obligaban y vivía por su familia, era fuerte por ella misma, porque decidió no sumirse en la depresión que amenazaba con arrastrarla.- Aquí estoy, como a ti te hubiera gustado-. Tembló mirando al cielo.
- ¡Candela!-. La voz de Carlos la distrajo del rumbo de sus pensamientos.- ¡Que ganas tenia de verte!-. Carlos la cogió en brazos, le dio una vuelta en el aire y le dio un beso en la mejilla.- Que cambio, estas muy guapa.

Conocía a Carlos iba a hacer cinco años, era como un hermano para ella y él sentía lo mismo con respecto a ella. Carlos era dos años mayor que Candela y se conocieron cuando estudiaron juntos el F.P. de Laboratorio, se cayeron bien desde el principio y surgió la amistad. Cuando sucedió todo, Carlos estuvo con ella en todo momento, junto a Carolina y Nacho, los mejores amigos de Candela en el instituto. Llevaba desde entonces batallando con Candela para que se fuera a su casa unos días y saliera de la rutina que se había impuesto, pero ella se negaba en rotundo.

10 de julio de 2013

Capítulo 5...

Pasaron las semanas y Candela estaba muy nerviosa, en unos días se iba a casa de su amigo Carlos a pasar las fiestas, después de las largas horas de insistencia de este, no le apetecía, pero haría el esfuerzo, y encima estaban las notas y tenía que ir a ver a alguien.

- Hija no comprendo tu tranquilidad, yo estaría de los nervios con las notas-. Comentaba Julio mientras Candela bajaba bailando.
- Me preocupa mates, pero si no la apruebo tampoco es una catástrofe-. Decía Candela.- Hay cosas peores.
- Lo sé hermanita, estoy tan orgulloso de ti-. Julio la abrazo, aunque era 2 años más pequeño que ella le sacaba una cabeza y parecía mayor. Tenía un tupido pelo negro, unos ojos marrones como los de Candela y una risa muy contagiosa. Se llevaba genial con su hermana, eran muy protectores entre ellos, grandes amigos y confidentes.

Una hora después Sergio salía del portal y subía la calle, mientras Candela cruzaba la carretera y entraba en su calle hablando por el móvil.

- ¡Oh mon coeur! He aprobado mates, paso limpia a segundo-. Candela se reía por el comentario al otro lado del teléfono.- Si, mañana estoy allí en tu casa para darte la brasa-. La voz al otro lado hizo que su sonrisa se volverá más pequeña, aunque no por eso inexistente.- Esta tarde voy a verlo-. Su voz sonaba melancólica.- Bueno nos vemos mañana, besitos-. Hizo el ruido con la boca y volvió a sonreir, colgó el móvil.
- ¿Vas a querer que te acompañe Candela?-. Julio la miro y ella negó con la cabeza.
- Prefiero ir sola esta vez, no quiero preocuparte como la vez pasada.
- Eres tonta-. Se empezaron a reír y así se la encontró Sergio.

9 de julio de 2013

Capítulo 4...

Los días pasaban muy deprisa y Sergio notaba que le faltaba algo, se acordó de Candela ¡eso es! ¿Dónde estaba la mocosa? Llevaba varios días sin verla y sin escucharla cantar por las escaleras. Se encogió de hombros y salió a dar una vuelta, cuando justo…
 - Hola-. La cálida voz de una chica la distrajo.
 - Buenas tardes-. Iba a la playa ¿con el noviete?- ¿Vas a la playa?-. Se sorprendió el mismo ante su pregunta.
- Sí, he estado de exámenes y quiero relajarme-. Sonreía mientras se sonrojaba.
- Bien-. Por eso no la había visto pensó, estaba estudiando. Sonrió.- Pues pásalo bien, hasta luego.
- Adiós-. Se despidió Candela mientras se montaba en un coche con tres chicas y un solo chico.

Sergio se quedo mirando el coche pensado si era el noviete. El sonido de su móvil lo distrajo: ¿nos vemos en media hora? Respondió que si rápidamente y se fue a casa a prepararse, a los pocos minutos salió de casa a buscar a su cita.
- ¿Qué tal?-. Le dio un beso a una pelirroja despampanante.
- Muy bien cielo ¿y tú?-. Le acaricio la cara y el labio inferior.
- ¿Para qué me has llamado Paloma?-. Pregunto mirándola fijamente.
- Quería verte, hacía tiempo que no nos veíamos. Te echo de menos-. Seguía acariciándole la cara.- Roberto me dijo que te habías mudado a casa de tus padres.
- Así es, me ahorro el alquiler y estoy muy bien-. Miro los labios rojos de Paloma. La conoció hacía 6 meses y se habían acostado un par de veces, era amiga de su amigo Roberto y no estaba nada mal, era pasional, sexy, segura de sí misma, pero había algo en ella que no le terminaba de gustar, por eso hacía ya tres meses que no se veían. Y que ella le hubiera mandado ese mensaje no le había hecho ni pizca de gracia, así que aquí estaba, para aclararle algunas cosas.

8 de julio de 2013

Capítulo 3...

- Si, esta preciosa la chiquilla, es muy alegre y educada-. Sonrió su madre.
- Cierto, siempre esta sonriendo-. Coincidió Pedro, su padre.- Y creo que tiene un noviete ¿no Toñi?
- ¡Ah! si, el chico moreno de gafas que sube muchas veces a su casa-. Comentaba Toñi.- Si es así hacen muy buena pareja.

Sergio se empapaba de todo lo que comentaban sus padres de la mocosa, que por cierto ¿cómo se llamaba? Tenía un nombre que quemaba... Minutos más tarde se acordó.- ¡Candela!-. Exclamó y sonrió.- Si, un nombre que quema-. Empezó a reírse pensando en la mocosa que se había transformado en toda una mujer.

- ¡Pero hombre aguanta la puerta! .- Una voz femenina sonó desde el portal. Sergio no era cotilla, pero algo lo impulso, asomándose a la mirilla vio a Candela y a Julio subir. Mientras ella empezaba a bailar y a cantar bajo la mirada resignada de su hermano. Sergio se aparto de la puerta sonriendo y pensando se traslado a unos días atrás...

-... que conviertan en besos todos mis intentos de morderte la boca.

Entonces no sabía de quien era, pero ahora sabía que esa voz pertenecía a Candela y supo que siempre la reconocería, aunque se encontrara en el grupo más ruidoso de todos.

7 de julio de 2013

Capítulo 2...

Candela seguía mirando a su madre. - ¡Sergio!-. Exclamo Lydia.- Por lo visto se ha separado de su mujer, lleva un año separado, pero ha estado viviendo de alquiler y ahora se vuelve a casa de sus padres-. Comentaba mientras guardaba la compra.
- Vaya es una pena-. Dijo Candela mientras ayudaba a su madre.- Pero estaban muy bien juntos ¿no? Lo único que les faltaba era tener un bebé para completar la familia.
- Pero que bebé Candela, si no tenían tiempo ni para ellos mismos, por eso se han separado. Porque los dos trabajan sin parar. Me he enterado que llegaban a casa y cogían los ordenadores cada uno por su lado y ¡al coño!-. Dijo Lydia bajito pero aumentando hasta llegar a la palabrota.- Y así no se puede mantener una relación Candela.

No dándole importancia al asunto pasaron algunos días, una tarde Candela salía de casa con su hermano Julio y se encontraron con Sergio, había cambiado, ya no parecía Aladdín pensó Candela, estaba rapado, mucho más musculoso, lo que no había cambiado era su sonrisa y sus profundos ojos negros.
- Hasta luego-. Sergio la saludo cortésmente.
- Adiós-. Sonrió Candela.- Pues lo que te decía Julio, el examen estaba para que suspendiera la gran mayoría, pero yo he sacado un 8.5-. Comentaba mientras caminaba y se reía.

A Sergio tampoco se le pasó por alto que Candela había cambiado, ya no era la pequeña niña de rizos dorados, ahora sus rizos habían adquirido un tono oscuro, sus ojos seguían siendo grandes y marrones y en su boca seguía esa sonrisa permanente, se preguntaba si alguna vez la había perdido, por alguien o algo.
- Que bien a crecido la mocosa-. Se dijo para sus adentros cuando se asomo para verla caminar.- Me acabo de encontrar con la niña de Lydia-. Comento al entrar en casa de sus padres.

Libro: El infierno de Gabriel...

El misterioso y atractivo profesor Gabriel Emerson, reconocido especialista en Dante, es un hombre torturado por su pasado y orgulloso del prestigio que ha conseguido, aunque también es consciente de que es un imán para el pecado y, especialmente, para la lujuria.
Cuando la virtuosa Julia Mitchell se matricula en el máster que Gabriel imparte en la Universidad de Toronto, la vida de éste cambia irrevocablemente. La relación que mantiene con su nueva alumna lo obligará a enfrentarse a sus demonios personales y lo conducirá a una fascinante exploración del sexo, el amor y la redención.



Simplemente magnífico, una lectura agradable, ligera, correcta. Una buena historia, intensa y directa, la gran sorpresa para mi es que el escritor sea hombre (Sylvain Reynard) y redacte tan bien una novela de esta categoría. No quiero hacer mucho spoiler, pero me ha encantado, la mezcla de palabras en italiano, las citas, los pasajes de obras, un gran trabajo de investigación por su parte. Un 10 sin duda y altamente recomendable, os vais a sorprender con Gabriel.

Hasta la próxima...!*

6 de julio de 2013

Capítulo 1...

Siempre había estado enamorado de él, desde que era una niña de 3 años con rizos dorados, si es que a esa edad se le podía llamar amor. Desde que tenía uso de razón lo recordaba como Aladdín, pelo y ojos negros, gran sonrisa, guapo... para una niña como ella, era un príncipe, mucho mayor que ella por supuesto, pero siempre había sido precoz.
Aún recordaba el día en que su abuela le dijo - Sergio que tienes a mi niña loca-. Se reía su abuela.
- ¿No me digas?-. La miro sonriendo.
- Si, dice que quiere casarse contigo.
- Entonces yo la espero-. Dijo mientras le acariciaba la mejilla a la pequeña de ojos marrones mientras sonreían.
Los años pasaron y ese sentimiento se quedo guardado, olvidado en el fondo del corazón de una niña que iba creciendo, al volver de la ciudad donde se fue a vivir el sentimiento floreció, aunque volvió a guardase cuando le llego la noticia de que Sergio, como es lógico había conocido a una chica de su edad y se iba a casar con ella. Cuando esto ocurrió dejo de ir tan a menudo a casa de sus padre y nuestra pequeña no se encontraba con él, mientras ella iba creciendo.

¡Perdón! Todavía no os he dicho el nombre de la niña, su nombre es Candela y ahora empieza su historia...

Año 2013, finales de mayo.

Candela es una joven estudiante de 1º de bachillerato de 20 años, cuando la gente la miraba siempre destacaban su perenne y precisa sonrisa y sus grandes ojos marrones, cambiantes a verdes cuando se mojaban, un día cualquiera de finales de mayo se encontraba en casa mirando la tele sin ver mientras descansaba de haber estudiado toda la tarde.
- ¿A que no sabes quién vuelve a casa por ''Navidad''?-. Dijo su madre haciendo el gesto de comillas con los dedos.
- Sorpréndeme-. Miró Candela a su madre.